Hoy en día hay dos grandes aspectos que crean problemas educativos: la falta de tiempo educativo y el desconocimiento del rol de padres.
No siempre pasa pero cuando hay poco tiempo para educar y convivir con los hijos, la calidad de capacidad de observación y comunicación disminuye de forma alarmante. El desconocimiento del propio hijo facilita las dudas y el miedo de equivocarse y, por qué no, genera un sentimiento de culpa que fácilmente conduce a la sobreprotección.
Dentro de la práctica educativa hay padres que por falta de tiempo necesitan hijos "perfectos", no aceptan los problemas del "día a día" y delegan soluciones.
Otros padres desconocen su rol, ahora bien, voluntariamente, no me refiero sólo a padres sin criterio educativo fruto de una interminable adolescencia, sino a padres, aparentemente adultos que dimiten ante sus responsabilidades. Con estas perspectivas, muchos de estos niños y adolescentes crecen sin el desarrollo de una adecuada capacidad de frustración. La disciplina no es su compañera de viaje, las normas e incluso el respeto tampoco.
Y tiranizando su entorno, con la necesidad que genera una deuda pendiente, el de su formación.
Dr. Jordi Sasot Llevadot
Psiquiatra Infanto Juvenil
Publicado en la revista Tot Sant Cugat n.1456
5 de Marzo del 2015